12 de noviembre de 2025

Muévete, aunque te pese el cuerpo: celebrar los errores y volver a empezar

 Por muchos años, mi vida giró en torno a una rutina: trabajo, casa, niños, y repetir.

No era infeliz, pero con el tiempo comencé a notar que mi cuerpo —y también mi ánimo— se volvían más pesados.
Mirar televisión después de cenar se convirtió en mi pequeño refugio, y pensé que eso era suficiente para “descansar”.

Hasta que un día entendí que esa comodidad estaba apagando mi energía.
Mi cuerpo empezó a pasarme factura: molestias, cansancio, enfermedades… pequeñas señales que no quería escuchar.




Salir de la rutina y volver a la acción

Después de muchas recomendaciones médicas (y un par de sustos de salud), tomé una decisión:
volver a moverme.
Pero esta vez, no por obligación, sino por amor propio.

Me inscribí en clases de zumba, porque bailar siempre me gustó.
Sin embargo, incluso en algo que disfruto, hay días en los que mi cuerpo se siente tan pesado que pienso: “No quiero ir.”
Y entonces aparece mi voz interior — y me dice:

“Muévete, aunque no quieras. Muévete, porque esto te hace bien.”

Así que muevo un brazo, luego el otro, y empiezo despacio… hasta que mi cuerpo obedece.
Y cuando termino, el dolor de cabeza desaparece, la hinchazón baja, y aunque me duelan los pies (¡sí, bastante, mucho mucho! 😅), me siento viva.




Celebrar los errores y los pequeños logros

Durante años, mi error fue creer que descansar era lo mismo que detenerme.
Hoy entiendo que descansar también puede ser moverse, respirar, fluir.

He aprendido a celebrar mis errores, porque fueron ellos los que me empujaron a cambiar.
No me culpo por el tiempo que perdí siendo sedentaria; lo agradezco, porque me enseñó a valorar este momento.

💪 Inspirar con el ejemplo

Lo más hermoso de todo es ver cómo mis hijos también se mueven más.
No hacemos ejercicio juntos, pero cada uno encontró su forma:
mi hija hace 30 minutos de ejercicio despues de sus tareas, mi hijo se ejercita a su ritmo… 2 veces a la semana  con su tio y la pelota y lo espera mucho y eso me llena de orgullo.

Entendí que no se enseña movimiento hablando, sino moviéndose.
Que el ejemplo no se impone, se contagia.

🌻 Hoy me siento mejor que ayer

No todo se puede revertir, lo sé.
Años de sedentarismo dejan huella, y algunas consecuencias son parte de mi historia.
Pero también aprendí que cada día es una nueva oportunidad para mejorar, aunque sea un 1%.

Hoy celebro mi cuerpo, mis errores, mi voluntad.
Celebro haber pasado del pensamiento a la acción.
Celebro haberme levantado del sillón y haberle dicho a la vida:

“Aquí estoy. Me muevo, aunque me duela. Pero sigo adelante.”

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